Empezamos con este gamberrete que se crió en la Vereda de la Carretera de Jaén y que, después de mucho esfuerzo y de mandarlo un par de añicos a la Universidad de Cuenca a que se nos civilizase, se nos hizo un hombre de provecho. Comenzó en esto del folklore rompiendo cuerdas de bandurria, pero con el tiempo se dió cuenta de que tenía un chorro de voz que explotar.
La resolución:
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