LA GRABACIÓN

Al grabar este disco pretendimos dejar el testimonio sonoro de que una vez estuvimos aquí, y como no, para dejar constancia grabada de unas piezas que creemos bien merecen tratar de evitar que se pierdan. Pero sobretodo lo hicimos pensando en que sirviera como pequeño regalo y agradecimiento a todos los que de un modo u otro nos han acompañado durante todo este tiempo.
Esta grabación se terminó a finales del año 2001 (y las fotos son del verano…) y fue editada ya en el 2002. El disco, como no podía ser de otra manera, costó lo suyo (en todos los sentidos, joé) e hizo a nuestro Alfonsete merecedor de que le pusiéramos un monumento al buen hacer y a la paciencia, sobretodo a la paciencia… Gran parte del mérito del resultado final lo tiene él.

LAS PIEZAS

En este disco podéis encontrar todo el repertorio que la Ronda de Los Llanos hacemos habitualmente, pero pensamos que, al igual que la música tradicional, el disco debía ser algo abierto, en el que participaran algunos de los muchos amigos que hemos hecho durante todo este tiempo. Por ello invitamos a participar a Ibrahim Calero (Torrás con Jota) de la Ronda Moteña de Mota del Cuervo (Cuenca) y a Jenni Álvarez (Fandanguillo manchego) de los Aguilanderos de Barranda (Murcia).

Las piezas que aparecen en nuestro disco son:

1 – Fandanguillo manchego
—con Jennifer Álvarez de los Aguilanderos de Barranda (Murcia)—.
2 – Manchegas del Agus
3 – Torrás con jota
—con Ibrahim Calero de la Ronda Moteña de Mota del Cuervo (Cuenca)—
4 – Malagueña con estribillo
5 – Manchegas de la Mariola
6 – Mayo con Jota
7 – Mazurca
8 – Torrás
9 – Malagueña de Paco Topo
10 – Jota (aunque me ves)
11 – Malagueña en Mi
12 – Manchegas en La
13 – Aguilando

Cuando formamos la Ronda de Los Llanos lo hicimos tomando como repertorio propio las piezas que aprendimos de Pascual Cebrián “El Blanco”, natural de la aldea de El Rincón en Motilleja (Albacete). Creímos interesante retomar piezas inéditas y darles nuestro propio “aire”. A nuestro entender, la música como elemento fundamental de nuestra identidad cultural, para gozar de buena salud, debe evolucionar y creemos que esta evolución se da cuando cada músico aporta su estilo y su forma de entender e interpretar cada una de las piezas.
De este modo, aprendimos las melodías del Fandanguillo manchego, de las Torrás con y sin jota, de la Mazurca, del Aguilando, de la Jota, Mayo con Jota, de las Malagueñas y de dos de las tres manchegas: las de La y las que posteriormente bautizamos como “Manchegas de la Mariola” en honor a la que fue nuestra compañera durante esa época inicial y que era quien las cantaba. Y después de aprenderlas, cada uno le fuimos dejando nuestra impronta, dando como resultado el “sonido Ronda de Los Llanos”.
Si una cosa está clara de la Ronda de Los Llanos, es que somos almas inquietas, o dicho de otra manera, “culos de mal asiento”, y que hemos conocido muchos músicos y con ellos sus músicas. Por ello durante todos estos años se han ido incorporando a nuestro repertorio melodías, coplas y estribillos, por supuesto también pasos de baile, e incluso alguna que otra pieza como son la Malagueña de Paco Topo y las Manchegas del Agus, ambas reinterpretaciones de temas manchegos incluidos en la infinitamente recomendable Magna Antología del Folklore Español del profesor García Matos. Por todo ello es normal apreciar en nuestra música matices de un sinfín de sitios y diferentes referencias.

Se podría pensar que por la “descastada” naturaleza de los miembros de la Ronda, al no recibir este legado de forma “tradicional”, nos permitía una libertad interpretativa que podía haber derivado en “libertinage musical”, pero lo cierto es que siempre hemos actuado dentro de unos autoimpuestos, aunque diáfanos límites (si es que existen), marcados por el respeto y el cariño que sentimos por esta música tradicional y por las personas que durante tantos años la están interpretando.